martes, 22 de agosto de 2017

Vivir(te)

Partir 

deshacerse de las miradas

piedras opresoras

que duermen en la garganta.


-Alejandra Pizarnik 

¿Por qué nos es tan difícil dejar que las malas experiencias con los amores pasados nos predispongan totalmente a vivir las nuevas historias con toda la inocencia y tranquilidad?


Sin embargo…

Yo no podré, jamás, estar en contra de sentir amor por alguien y menos sugestionar mi corazón ante cualquier sentimiento bonito. Yo quiero vivir el día a día enamorándome de la vida, de las oportunidades que nos da el destino de conocer personas nuevas, de los ojos del chico en la parada del autobús, de las mariposas que invaden mi cuerpo cuando usted me roza.

El amor nos pone en estado de paz mental, reduce el estrés y fortalece el corazón. Y cuando estoy con usted siento la confianza de ser plenamente yo misma, siento que puedo darle el privilegio de ser querido por mí.  Y cuando usted me mira fijamente es reflejarme en mi lugar favorito. Y cuando usted me habla, todas mis cargas pasan a un segundo plano.

Yo no me niego a sentir amor por su alma, así usted no lo sienta en igual proporción. Lo hago más por mí que por usted, porque no me puedo guardar todo esto que me hace sentir cada vez que estoy a centímetros de su pecho, de su boca, de su nariz. Yo quiero vivir sintiendo lo bonito de estar con usted.

Los vaivenes del pasado pesan y no por eso sucumbo ante la idea de quererlo mío.

El amor que yo siento por usted es tan noble, tan bueno, tan puro que no conoce de maldad. Hombre, no sea necio deje que lo quiera bonito. Uno no puede controlar ese instinto de “encontré mi lugar” y cuando llegó usted, me dejé llevar.

Yo no quiero pensar en un pasado egoísta, un pasado que me jugó mal, un pasado mal pago. Yo quiero aprovechar su compañía, su risa, sus abrazos, sus historias y vivir el presente, vivirlo a usted.


El presente es lindo porque usted está en mi vida. 

A mi me gusta así, dar todo.




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