Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.-Alejandra Pizarnik
¿Por qué nos es tan difícil dejar que las malas experiencias con los amores pasados nos predispongan totalmente a vivir las nuevas historias con toda la inocencia y tranquilidad?
Sin embargo…
Yo no podré, jamás, estar en contra de sentir amor por
alguien y menos sugestionar mi corazón ante cualquier sentimiento bonito. Yo
quiero vivir el día a día enamorándome de la vida, de las oportunidades que nos
da el destino de conocer personas nuevas, de los ojos del chico en la parada
del autobús, de las mariposas que invaden mi cuerpo cuando usted me roza.
El amor nos pone en estado de paz mental, reduce el estrés y
fortalece el corazón. Y cuando estoy con usted siento la confianza de ser
plenamente yo misma, siento que puedo darle el privilegio de ser querido por mí.
Y cuando usted me mira fijamente es
reflejarme en mi lugar favorito. Y cuando usted me habla, todas mis cargas
pasan a un segundo plano.
Yo no me niego a sentir amor por su alma, así usted no lo
sienta en igual proporción. Lo hago más por mí que por usted, porque no me
puedo guardar todo esto que me hace sentir cada vez que estoy a centímetros de
su pecho, de su boca, de su nariz. Yo quiero vivir sintiendo lo bonito de estar
con usted.
Los vaivenes del pasado pesan y no por eso sucumbo ante la
idea de quererlo mío.
El amor que yo siento por usted es tan noble, tan bueno, tan
puro que no conoce de maldad. Hombre, no sea necio deje que lo quiera bonito. Uno
no puede controlar ese instinto de “encontré mi lugar” y cuando llegó usted, me
dejé llevar.
Yo no quiero pensar en un pasado egoísta, un pasado que me
jugó mal, un pasado mal pago. Yo quiero aprovechar su compañía, su risa, sus
abrazos, sus historias y vivir el presente, vivirlo a usted.
El presente es lindo porque usted está en mi vida.
A mi me gusta así, dar todo.
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